lunes, julio 30, 2007

Toros y toreros

El ser humano, en su calidad de depredador, tiene una sed de sangre inherente a todo animal carnívoro, misma que debe saciar de algún modo.

Hay quienes comen cortes de carne "término inglés" (Carne cruda y sangrante), hay quienes trabajan como matones para algún narco, o algún político (o algún narco-político), hay quienes van a ver peleas de box, quienes madrean a sus hembras y/o larvas y un largo etcétera.

Puedo comprender la sed de sangre, yo mismo la siento cada veinte minutos, lo que me encabrona en el caso particular de las corridas de toros, es la burda hipocresía con la que sus gazmoños aficionados tratan de ocultar tan natural deseo.

Su argumento:

"Las corridas de toros son un arte"

De modo que ahora resulta que esa turba iracunda que llena la plaza de toros no está allí solo por ver brotar la sangre de un bovino.

Están ahí para ver un espectáculo artístico.

El término "arte" lo han ocupado hasta el cansancio, han extendido su significado de manera tal, que la real academia se ha visto en la penosa necesidad de anexarle las definiciones de la plebe.

Con la irritante consecuencia de no poder negar categóricamente la estúpida afirmación de los aficionados a los toros.

Una de las múltiples definiciones del malgastado término, según la real academia es la siguiente:

ARTE: Virtud, disposición y habilidad para hacer algo.

¿Quién habrá sido el grandísimo pendejo que autorizó esta definición tan vaga?

Esa imprecisión es digna de un horóscopo o de la biblia.

Apegándonos a esta definición, escupir en la calle es arte, prenderle fuego a una patrulla es arte, apalear ancianos es arte, ir a cagar es también arte.

Tomando en cuenta lo impreciso de la definición de "arte", según el diccionario de la real academia, queda de manifiesto que el argumento de los aficionados al toreo no es mas que palabrería barata carente de significado.

Yo personalmente, encuentro más entretenidas las corridas de toros cuando el toro logra embestir al torero, a fin de cuentas el toro también puede hacer arte.

Hay que ser bastante torpe para que te logre embestir un animal tan lerdo como un toro, no es un misterio que estos animales poseen una vista pésima y tienen dificultad para distinguir objetos inmóviles, El toro tiene un punto ciego entre 0,4 y 1 metros, no distingue los colores y solo embiste a lo que se mueve.

Si no estuviera grandote y con cuernos, sería una especie extinta.

Es cierto que una acometida de estos animales puede ser fatal, pero con un poco de práctica se pueden evitar sus embestidas con relativa facilidad, para un animal de cerca de 400 kilos no es fácil cambiar de dirección para alcanzar a alguien que se hace a un lado en el último segundo, es como querer frenar un tren.

Hay muchos ambientalistas y defensores de los derechos de los animales que han llamado la atención sobre algunas prácticas destinadas a minar la capacidad física del ya de por sí atolondrado toro, nos hablan de leyendas urbanas como los chingadazos en los testículos, la vaselina en los ojos, los cuernos limados y yo que sé que otras tantas cosas que de ser ciertas ya habría evidencia.

En realidad con lo que les hacen en el ruedo tienen para quedar cansados y madreados, cuando les encajan chingaderas en el lomo y los pican con la puya desde la comodidad del lomo de un caballo.

Entiendo que lo de las banderillas sea parte del espectáculo, si el torero se la pasara capoteando al animal, sin sacarle aunque sea tantita sangre, toda la gente le empezaría a gritar y mentarle la madre, lo que me parece una mamada es lo de los puyazos.

El torero se está aprovechando de una bestia casi ciega para hacerle pendejada y media, pero cuando menos se está arriesgando a ser atravezado por los cuernos del toro, los "picadores" solo acuchillan al toro desde una distancia prudente y dejan que los chingadazos se los lleve su caballo.

Una vez un pendejo me salió con la mamada suprema de que los puyazos son para ayudar al toro, que si el animal no sangra puede infartarse, por la presión sanguínea, por el nivel de stress, por la adrenalina, por nó se cuantas versiones idiotas he escuchado.

Si la finalidad de encajarle una hoja de metal en la carne a un toro es impedir que le dé un infarto...

¿No deberían hacer lo mismo en los hospitales?

Cuando menos debería estar listado entre los primeros auxilios, sería algo así:

"En caso de infarto, acuchille al paciente hasta que le brote una cantidad considerable de sangre"

La otra opción es darles a los toros aspirinas antes de salir al ruedo, dicen los médicos que ayudan a prevenir infartos.

La verdad sobre esta práctica es que el "picador" tiene que lacerar el tejido magro del lomo del animal, justo en una parte que los involucrados en esto llaman "cruz", con la finalidad de romper unos cuantos ligamentos para impedir que el toro embista hacia arriba cuando el torero está por clavarle la espada, de modo que para cuando el "matador" levanta su espada hacia el toro, el animal ya está cansado, desangrado, levanta la cabeza con mucha dificultad y ya de por sí no veía bien.

El clímax de este espectáculo pedorro es más bien como una eutanasia.

Hay un último argumento taurino que me gustaría comentar, uno que rompe todas las barreras existentes en lo que a decir estupideces se refiere, un par de veterinarios llegaron a la aventurada conclusión de que el toro no sufre en las corridas.

¿Su evidencia? Niveles hormonales en la sangre de los animales.

Vamos a ver qué nos dice el primero de ellos:
  • El toro tiene menos estrés durante su lidia que durante el transporte.
Ésta se la doy por buena, yo sé lo estresante que puede ser el transporte ya que viajo en micro.
  • El toro es un animal especial, que está perfectamente adaptado para la lidia.
¿No será al revés? Es la "lidia" la que está adaptada a ese animal en específico.
  • los toros en el ruedo liberan betaendorfinas, también conocidas como la “hormona de la felicidad”, que “bloquea los receptores de dolor en el sitio donde éste se está produciendo hasta que llega un momento en que el dolor y el placer se equiparan, y deja de sentirse dolor”
Si los toros de lidia segregaran endorfinas y sintieran placer cada que se cortan o punzan, como afirma ese mequertefe, seguramente los veríamos estrellándose contra las paredes, tirándose al piso, aventándose de precipicios o tratando de enterrarse sus propios cuernos en las patas cuando menos.

El hecho a partir del cual este taurino hipócrita quiso confundir a la plebe, es que en situaciones de estrés, el organismo segrega adrenalina, lo cual produce un aceleramiento en el ritmo cardiaco, más sangre en los músculos y una parcial ausencia de dolor.

Pero como todo el mundo debe saber por experiencia propia, el efecto de la adrenalina no es eterno, llega un punto en el que se experimenta un decenso en los niveles de adrenalina, entonces se empieza a sentir dolor y se pierde la fuerza, cuando el toro se encuentra en este lamentable estado, es cuando aprovechan para matar al toro en el ruedo.

  • Si no se le picara ni banderilleara, posiblemente siguiera con el altísimo nivel de estrés que tiene al salir al ruedo. La puya provoca un mecanismo doble en el toro: por un lado le estresa y por otro le produce dolor: y, por consiguiente, al sentir dolor, comienza a liberar las betaendorfinas que lo matizan.
Entonces, cuando a alguien le acomodan una patada en la cara, el tejido se adormece y si uno se queda quieto, se produce una agradable sensación de hormigueo que poco a poco tapa el dolor, de modo que no hay pedo si pateas a alguien en la cara, de hecho, según esto, puede que hasta lo disfrute y le sirva para reducir sus niveles de estrés.

  • Una vez que ya se han llegado a estas conclusiones, ahora el objetivo del estudio es recoger muestras de músculo y ver cuántos receptores están bloqueados ante el dolor. Y en cuanto tenga medido el número de receptores bloqueados, yo podría aseverar perfectamente que ese animal no sufre.
¿Y cómo chingados le vas a quitar un pedazo de carne a un animal sin causarle más dolor?

Si tomas la muestra estando el animal vivo, la extracción de la misma va a alterar los resultados de la medición, ya que le estás causando dolor al obtenerla, si anestesias al animal, los resultados se pueden alterar todavía más, al punto de que no tendría caso molestarse en tomar una muestra, si el animal ya está muerto, se pierde la finalidad del experimento, que es saber si la supuesta ausencia de dolor está presente desde que empieza la corrida o ya hasta cuando el animal está agonizando.

Él solito se agarró en curva, quedó como el judío en "El mercader de venecia" de William Shakespeare, pidiendo su libra de carne, pero sin hallar el modo correcto de obtenerla.

La nota completa está en:

http://www.burladero.com/modules.php?name=News&file=article&sid=7118

Ahora veamos qué dice el otro veterinario:
  • si desaparece la fiesta desaparecerán los toros del campo. Estarán en los zoológicos como una especie en extinción
Este cabrón, sin rodeos empieza con las pendejadas, estoy de acuerdo en que si deja de ser negocio, no hay porqué criar toros de lidia, pero mientras haya hamburguesas va a seguir habiendo ganado bovino.
  • Como veterinario, asegura ser un gran amante del toro de lidia por su belleza y por su fortaleza pero no como el simple pelele de un espectáculo violento. «Mi padre era un gran amante de la fiesta de los toros. Era catedrático del Departamento de Fisiología Animal de la Complutense y durante muchos años fue el veterinario de Las Ventas. Pero a mí no me gustan especialmente las corridas. El ambiente sí. Pero no entiendo demasiado bien lo que pasa en el ruedo y no lo disfruto. En mi vida habré ido a seis o siete corridas».
Burdo intento por hacerse el imparcial, afirma que no le gustan las corridas de toros, sin embargo no niega haber ido a la plaza de toros en más de dos ocasiones.

Yo odio el futbol, mi padre me convenció de ir aunque fuera una vez al estadio, no le ví nada interesante y no me lograron convencer de ir una segunda vez.

Cuando regresas a ver un espectáculo tres veces, es porque te gusta, no hay más.

De ahí en fuera es lo mismo que el otro cabrón, casi palabra por palabra, si lo quieren leer está en:

http://www.toros.net/noticias/noticias.cfm?id=14798

Los "estudios" de ambos cabrones, solo son mediciones de niveles de hormonas en la sangre de los toros interpretadas a su antojo.

No sé qué le ven de malo a afrontar que disfrutas el sufrimiento ajeno, que algo dentro de tí grita y se sacude al ver brotar sangre ajena.

Ya para terminar, me acabo de acordar que también hay quien dice que la lidia es una prueba para el valor del torero, pero ya vimos que solo se requiere de valor la primera vez, las siguientes solo requieren de maña.

Si me pidieran sugerir algo para hacer más interesante la fiesta brava, yo propondría que en lugar de toros llevaran leones, eso sí sería una prueba de valor.

En el caso del toro, te debes cuidar solo de cornadas y pisotones, si fuera un león, tendrías que cuidarte de mordidas y zarpazos, además de que puedes sobrevivir si un toro te dá una cornada, pero en cuanto un león te agarra la pierna, eres prácticamente carne muerta.

Tomando en cuenta lo anterior, no cualquier hijo de vecina saldría a enfrentar a un león armado solo de una capa y un sable, una cosa es matar a un hervíboro grande y otra muy distinta aventarse al ruedo a hacerle frente a una máquina de matar.

Sería mucho más caro conseguir leones, pero valdría la pena.

Odio a la gente, pero quiero llenar de banderillas a los que paran el culo y pomposamente afirman que las corridas de toros son más artísticas que una pelea de perros.

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