lunes, septiembre 18, 2006

Ya ni la chinga

Los que tengan el mal gusto de leer este blog con regularidad, saben perfectamente que detesto al peje, por muchas y muy variadas razones.

Pero esta vez sí se pasó de verga, una cosa es llenar el zócalo de acarreados de toda la república para echar desmadre, nombrarlo presidente y cagar en las banquetas, pero dejar a esos pobres pendejos a su suerte, en el centro y sin un varo para regresarse a su estado es una mamada de proporciones bíblicas.

No acostumbro interesarme por la simpatía y apoyo de los demás, pero quien no coincida conmigo en esta ocasión es un pendejo enajenado de lo peor.

Por lo que a mí respecta, que se chinguen, es su culpa, ¿Para qué son tan pendejos? pero se supone que el peje es su caudillo, que hasta puso el transporte para que llegaran al zócalo, de repente ya se acabó el desmadre y los camiones en los que los trajeron se hicieron ojo de hormiga, los pobres idiotas esperando que su héroe les diga cómo le hacen y el culero del peje que ni "hola" les dice.

Sé que yo soy un engendro de lo peor, incapaz de sentir la más mínima simpatía por otra forma de vida, pero ni siquiera yo le voltearía bandera tan culero a una banda que me apoya en mis pendejadas.

Odio a la gente, en especial a los pinches convenencieros de mierda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

debo felicitarte por tu blog, comparto tu desprecio hacia el Peje, y me parecen bastante acertadas tus opiniones!! muuuy buen espacio, definitivamente vendré a leerte por acá mas seguido...

Anónimo dijo...

ahh te felicito por tu blog!! Realmente me parecen muy acertadas tus opiniones, vendré a leerte mas seguido por aqui...

Dante Chalco dijo...

Isaias 48:4 Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,
48:5 te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.