lunes, enero 09, 2006

¿Porqué siguen enviando cadenas?

Muchos de ustedes, zafios mozalbetes, tal vez no lo sepan, pero las fastidiosas e increíblemente estúpidas "cadenas", es decir las cartas que diligentemente fowardean a diez personas para que se les cumpla un deseo, existieron desde antes de que existiera internet.

Esto es una prueba más de que el acceso a la tecnología definitivamente no mitiga la estupidez.

Antes, el asunto no solo requería ser idiota, además era necesario tener mucho tiempo libre para mecanografiar 100 hojas (no tengo evidencia de que estas cosas existieran antes de inventada la máquina de escribir, pero definitivamente son mas viejas que las fotocopiadoras)

El contenido de dichas hojas promete dicha y fortuna al que siga la orden de copiarla 100 veces y distribuírla, así como amenazando a los que no lo hagan con supuestas calamidades que acabarían con su vida.

La verdad siempre quise ver a uno de esos pobres pendejos repartiendo sus hojas de puerta en puerta, porque así cuando menos me podía burlar del subnormal en cuestión.

Ha pasado el tiempo, y ahora no se requiere mas que presionar un botón e inmediatamente envías tu cadena a la gente que haya cometido la pendejada de darte su correo, y con diez o veinte gentes que lo reciban te lo dan por bueno, las personas siguen siendo idiotas, pero ahora perpetran sus pendejadas desde la comodidad de su hogar, ya no es divertido.

El que inventó las cadenas seguramente lo empezó a modo de broma, casi puedo imaginarme la escena, tres amigos platicando de lo tarado que es el vecino de enfrente y pensando en un modo de fastidiarlo, así que deciden ponerlo a copiar una hoja 100 veces y repartir las copias de puerta en puerta, en principio resulta gracioso, debieron haberse cagado de risa al ver al pendejo del vecino con sus hojas bajo el brazo.

Pero nunca pensaron en la distribución exponencial que su bromita tendría, de esas 100 hojas la mayoría caerían en manos de gente pendeja que también se tragarían el anzuelo, y aunque no fuera así, con diez de esas 100 hojas que cayeran en manos de pendejos, se convertirían en 1,000 hojas, luego en 10,000 y seguiría así.

La persona que decidió trasladar el texto de esas cadenas a internet bien pudo ser un bromista, pero más bien parece obra de un pendejo, de la especie más peligrosa, el pendejo con iniciativa, no hay ser vivo en el planeta más peligroso que el pendejo con iniciativa, el muy imbécil se cree una persona perspicaz y dotada de un singular ingenio, nada más lejos de la realidad, la brillante idea de este animal es la causa de que tu correo esté atascado de pendejadas.

Uno podría pensar que seleccionando a las personas a las que les das tu e-mail estás a salvo, ERROR, las personas más inesperadas me han mandado cadenas, y no me refiero a los que te mandan algo sólo porque está chistoso, no, hablo de que lo envían esperando que en serio se cumpla su deseo de ser futbolista profesional y comprarse un ferrari.

Con el tiempo han surgido nuevas cadenas, lo cual es prueba de que alguien encuentra divertido tener a miles de ciber-pendejos aventándose sandeces de una computadora a otra.

Estas bromas no prosperarían sin idiotas que creen que Bill Gates les va a mandar 10 centavos de de dólar cada que reenvíen un "e-mail de prueba", los que creen que reenviando un correo van a ayudar a que operen a un niño con cáncer de recto o que van a liberar el Tíbet o qué se yo cuantas pendejadas más.

No me explico cómo es que siendo tan idiotas no se les ha olvidado cómo respirar.

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