Estoy hablando del cura brasileño que se amarró un chingo de globos para emprender un viaje sin escalas a conocer a su creador, o eso dicen en la página de este periódico argentino:
http://www.losandes.com.ar/notas/2008/4/24/un-355630.asp
Por lo general, cuando alguien va a intentar algo estúpido y arriesgado para llamar la atención, debe tomar algunas precauciones elementales.
Si vas a amarrarte 1000 globos para echarte a volar a merced del viento, las medidas de seguridad mínimas deberían ser algo más que un teléfono celular y la bendición de la plebe.
Se supone que el recorrido debería ser el siguiente:

Pero si el viento no quería cooperar, había un destino alternativo:

A fin de cuentas, la trayectoria no la pudieron calcular peor, donde creen que está ahora el cura mentecato es aquí:

Huele a farsa.
Primero:
Nadie es tan pendejo como para soltarse a volar junto al mar, arriesgándose a que una corriente de aire te lleve mar adentro, hasta donde da mucha hueva ir a buscar cadáveres hinchados.
En mi opinión, se eligió el lugar específicamente para simular el extravío en mar abierto.
Segundo:
En cuanto este güey se dio cuenta de que su trayectoria estaba de la chingada y mientras tuviera señal su celular, debió avisarle a alguien para que lo bajaran, antes de irse a la chingada, es decir a perderse al océano.
Por último:
El motivo de toda esta pendejada de los globos era llamar la atención con el fin de recaudar fondos para hacer lo que sea que haga la iglesia con toda la lana que se embolsa
¿Qué mejor para recaudar billetes que un mártir?
Un mártir medio güey, pero mártir al fin.
Lo que aún no sé es si decidan dejarlo muerto o van a terminar el espectáculo con un "milagro de supervivencia", eso estaría cagado, les serviría para subir su "rating".
Entre los ignorantes, claro está.
Pues ahí se los dejo, si resulta que no estaba muerto acuérdense de mis palabras mientras exclaman ¡Qué pendejos somos, nos la tragamos toda!
En todo caso, si llega a suceder que en realidad fue un terrible accidente y/o error de cálculo...
Pues qué pendejo se vio ese güey.
Odio a la pinche gente, especialmente a los que son pendejos y se creen todo lo que les cuentan.